La ciudad vivió la mañana más gélidas del año, con el termómetro marcando temperaturas bajo cero y la sensación térmica rozando los -8°. Sin embargo, tras varios días helados, el sol asoma y anticipa un progresivo ascenso de temperaturas en los próximos días.
El fenómeno provocó vidrios de autos cubiertos de escarcha, techos congelados y un césped blanco intenso, dando postales invernales poco comunes para la capital salteña.